sábado, 14 de noviembre de 2009


Mi pueblo es
una peninsula
de silencio
y de sombras.
Resistiendo
por el camino largo
hasta que caiga
el ultimo tirano.
Mi pueblo no
es un desperdicio,
ni son mejores
los que agitan banderas.
Mi pueblo no tiene histeria
ni patriotismo barato,
como no sentir dolor
alienado en tu propia tierra.
Mi pueblo es
una fogata,
el pobre es sureño
y es pobre.
Llorando hizo
su cauce el rio,
rio de lagrimas,
aguas subversivas.
Mi pueblo es la sed,
es hambre y es olvido.
Tiene los hijos
de lo amargo,
con el silencio
como estandarte.
Tiene los hijos
de la hostilidad,
sutiles proyectos
de atorrantes.

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